Tu y yo éramos amigos, jugábamos futbol (que otra cosa pueden hacer una niña enamorada de un niño tan perfecto como tu), los más listos del salón y la maestra nos adoraba. Soñaba en la perfección de lo que nuestras manos unidas significaría. De compartir la comida y que los demás niños nos echaran carrilla.
Siempre estuvimos en el mismo salón, pero los problemas en casa nunca me permitieron ser la persona desenvuelta que ahora soy, al contrario, me encontraba inmersa en un mundo de dibujos, de fantasías y no pensaba en ti la mayor parte del día, la tarde la ocupa para jugar con mis hermanos, la noche para llorar por mis demonios. Pero aún así mi corazón saltaba todos los días cuando la maestra mencionaba tu nombre justo antes del mío (pues tu apellido comienza con C, al igual que el mío); y cada año era lo mismo, 6 largos y eternos años que pasamos juntos, 6 años de brincos en el corazón, de jugar futbol y canicas, de compartir el puesto del mejor, de ser los primeros de la lista, fueron 6 largos años de cobardía.
Luego pasamos a la secundaria, nos separamos, pues mis papás querían una mejor educación para mi, igual en la preparatoria. Para mi sorpresa tu recuerdo, sin volverte a ver más que en contadas ocasiones duró 6 años, igual de largos, pero útiles año (pues me ayudaron a no sufrir de amores en esas etapas). Cada que te nombraban o alguien me preguntaba quien me gustaba, me mantenía firme ante la belleza de tu recuerdo y te nombraba a ti, con los colores en la cara, te nombraba a ti, Manuel Enrique Cañez Cantú, un nombre difícil de aprender, pero difícil de olvidar también.
Y así, las pocas veces que supe de ti, y te llegué a hablar me convertía en una niña de nuevo, que no se atrevía a salir de ese caparazón de miedos y demonios en los que estaba a esa edad.
Y ahora, eres un recuerdo hermoso, del que no volví a saber jamás.
Eres 12 años de brincos en el corazón.
Hay muchas cosas dificiles de olvidar, hay muchas cosas que se esperan para siempre que tardan tanto en llegar que a veces no llegan, pero que alimentan esa esperanza eternamente.
ResponderEliminarUna bonita historia, para compartir.
Un saludito
A mi tambien me paso algo por el estilo... "mi mejor amiga era mi mejor amigo".
ResponderEliminarSe la llevaron de la primaria y se fue a inglaterra...
Su recuerdo es lo unico que me quedo... :S
Saluditos!!!!
Me gusta abrazarme a mis buenos recuerdos, aunque tenga razones para olvidarlos.
ResponderEliminarbellisimo estar enamorado, genial como y lo que has contado.
me enterneciste, y lo festejo, me gusta sentir, todo el tiempo busco seguir sintiendo,
que triste historia, yo creo que todos tenemos remembranzas semejantes, tristezas alhojadas y sentimientos congelados..
ResponderEliminarme encontraba navegando por internet, buscando a un antiguo amor de primaria, cuando apareciste tu, con la misma exacta historia, de una persona con el mismo exacto nombre, Manuel Enrique Cañez Cantú, un nombre peculiar pero dificil de olvidar. no se si sea la misma persona, pero fue curioso saber que alguien mas paso por lo mismo que yo.
ResponderEliminarPD. yo tampoco lo volvi a ver.
y el Manuel del que hablo era de San Luis R.C.
saludos :)