sábado, 17 de abril de 2010

Mariposas enrredos

Es imposible arrastrarte un centimetro más,
mis manos han dejado ya un camino de sangre,
tu cuerpo son solo trizas de ropa abrazadas a mi,
cansada de todo esto te voy dejando escapar.

Me pongo en pie y camino hacia aquel árbol floreado,
intento no voltear para ver como te quedas ahí,
aun así el olor de tu piel me dice que te acercas,
intento no voltear, pero siento tus brazos en mi.

Ya no existes más y aun así no quiero dejarte ir,
arena dorada entre los dedos de mis pies,
sigo caminando sin voltear, siempre es mejor así,
mariposas en mi cabello y sueños enredandolo.

A mis vestidos les has dejado una marca grande,
las lágrimas son un sabor conocido y familiar,
cálido y entrañable como un dulce beso, infinito.

No hay lugar mejor para morir que en el dulce árbol,
añoranza de una infancia, único lugar puro, sin tí.

domingo, 11 de abril de 2010

Te espero a tí

A veces creo verte paseando por mis sentidos,
te busco a la cercanía de mis labios donde no estás,
entrelazado a mis manos y no te encuentro,
suzurrando a mi oido donde solo hay viento.

Y ya no puedo dormir pidiendo que vuelvas,
un reso interminable, una penitencia eterna,
preguntandome por un ojalá que no llega,
me sacudo un hubiera tatuado e inborrable.

Igual que ayer te encuentro en la sonrisa ajena,
descubro tu olor en el anciano que está muriendo,
me pongo a leer tus ideales en paredes por pintar.

Hoy se que me extrañas tanto como yo a ti,
quien imaginaría que esta noche no vendrías,
tu último beso y tu sonrisa fiel me lo prometían,
colgué el teléfono después de decir te amo.