miércoles, 26 de noviembre de 2008

Fuego

Lentamente me acerco a ti, en este salón oscuro no se encuentra más que la música, tú y yo; música que nos invita a saborear ese oscuro rincón, nos hipnotiza y nos encadena al movimiento y a sus deseos, nos obliga a bailar, dando vueltas rápido para después detenernos a respirar, compartir nuestro aliento, tocar nuestra piel, desprendernos de la ropa y ser simplemente esencia que lentamente se evapora y se mantiene suspendida en el ambiente.

Y todo al ritmo de la música, siendo nosotros música, siendo un danzón que nos hace entrelazar nuestros cuerpos, ser oscuridad y luego luz que desborda pasión, que desata colores nuevos para después matarlos y, de la manera más egoísta, nunca más volver a ser mostrados.

Aterrizamos en el suelo como lluvia de fuego, para convertirnos en lava, lenta y brillante... peligrosa, deslizándose como una serpiente, enfriándonos poco a poco, separando nuestros cuerpos para volver a ser materia viva, regresar a nuestros sitios lentamente, recuperar el color, forma, textura, ropa y ser de nuevo parte de la decoración del salón.

Fuimos esclavos, música, color, lluvia, fuego, calor...

...fuimos solo decoración en un viejo salón

4 comentarios:

  1. hey me encata tu post es taaan genial

    oh la musika es genial


    buen post

    ResponderEliminar
  2. Wow muy buen post Lore¡

    Pero creo que fueron mas que la decoraciòn, fueron dos almas unidas por....descubrelo lo sabes y no lo quieres aceptar o no?

    Besos¡¡muy buen post¡

    ResponderEliminar
  3. tengo que aprender a bailar, no no duranguenze.

    que buen relato, quiero bailar, como zaratustra

    ResponderEliminar
  4. Un gusto descubrir tu espacio de palabras.

    Saludos...

    ResponderEliminar