Plaqueta

Roja, estática, cristalizada, flotando dentro de la nada,
disfrutando del viaje de ver a la gente observarte curiosa,
abrazada a una imagen mil veces repetida de ti.

Vives en un caleidoscopio de realidades no distorsionadas,
besas tus labios con otra boca que es la tuya, pero diferente,
eres ouroboros, infinito, una historia que se lee al revés.

Y eres hermosa, figura perfecta en el fondo imperfecta,
falta de suficiente alma para permitirte desdoblar tu carne,
eres belleza destinada a extinguirse pausadamente.

Maniquí vivo que consume sus días a bocanadas